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Tricotilomanía

La tricotilomanía se refiere a un trastorno de la conducta que puede llegar a manifestarse en un arrancamiento compulsivo del pelo, produciendo desde pequeñas pérdidas de cabello hasta calvicie. La cabeza es el sitio más frecuente, seguido por las cejas, pestañas, cara, brazos y piernas.

Estamos hablando de un trastorno del control de los impulsos, donde las personas que lo padecen no pueden evitar el acto de arrancarse el pelo de forma compulsiva.

La edad de aparición suele ser entre los 3 y 7 años, aunque también puede comenzar en la adolescencia, entre los 9 y 13 años. Afecta a un 4% de la población y lo padecen más mujeres que hombres.

Hay ciertos factores predisponentes:

  • Ser una persona con problemas de autocontrol
  • Tener ansiedad
  • Tener depresión
  • Situaciones estresantes
  • Desequilibrio bioquímico en nuestro cerebro

Los síntomas pueden ser temporales, es decir, dejar de tirarse y volver con más intensidad posteriormente. En la edad adulta hay temporadas sin tirar, lo que no quiere decir que no vuelva a presentarse y su eliminación sea definitiva. Puede reducirse con medicación. Se utilizan fármacos antidepresivos como la fluoxetina o la clomipramina.

Además de la terapia farmacológica es conveniente llevar a cabo una terapia psicológica donde se aborden todos los aspectos que inciden en el problema. La terapia Cognitivo-Conductual ha demostrado tener eficacia en el abordaje de este trastorno.

El objetivo del tratamiento es aprender a controlar el impulso nervioso hasta que éste desaparezca. Para ello es importante seguir los siguientes procesos:

  • Motivación y compromiso
  • Tener conciencia del trastorno.
  • Reestructuración cognitiva donde se modifique el círculo de pensamientos obsesivos.
  • Aprender una conducta que sea incompatible con la del trastorno y realizarla cuando se reconozca el impulso, para así impedir que se inicie el hábito.
  • Utilizar registros para identificar las conductas
  • Entrenamiento en relajación
  • Practicar en imaginación
  • Tener apoyo por parte de los familiares, amigos, etc. que pueden facilitar y cooperar en el proceso del paciente.